sábado, 15 de agosto de 2015

PERFIL DEL EDUCADOR

Antes de escrutarnos en las cualidades y capacidades  que debe poseer un profesional de la enseñanza es preciso abordar el concepto de profesión, similitudes y diferencias entre una y otra.

Una profesión es una actividad social desarrollada por personas, por lo que las actividades profesionales impactan en los demás y constituyen un elemento neurálgico en la sociedad.

Los educadores como profesionales de la enseñanza impactan de manera significativa en sus alumnos, y su labor debe hacerse con suma responsabilidad, tanto por el bien de la sociedad como por la imagen de la profesión. 

Un educador para desempeñar su labor con ética, moral y calidad, consideramos debe tener las siguientes cualidades, habilidades y competencias:
·         Ser docente por vocación y no por interés de prestigio, dinero y poder.
·         Solidario y obrar por el bien común.
·         Transparente, leal y ético.
·         Promotor de la institucionalidad.
·         Aprendiz (dispuesto a aprender nuevas estrategias, técnicas, enfoques y destrezas).
·         Líder (dirige, orienta, da sentido y fortalece el esfuerzo de sus alumnos).
·         Investigador y crítico (enseña a pensar y a descubrir).
·         Filósofo (amigo de la sabiduría y del conocimiento).
·         Visionario (construya proyectos futuros que motiven a los alumnos).
·         Formador (de las próximas generaciones).
·         Competitivo y fomentador de esta cualidad en sus alumnos.
·         Maestro de la vida (su vocación está enfocada en los valores humanos).
·  Receptivo a los problemas que se derivan de las transformaciones sociales, económicas y culturales.
·         Comprometido con el proceso enseñanza-aprendizaje.
·         Comunicativo (debe emplear el lenguaje de forma eficaz)
·         Receptivo a las vivencias importantes de los alumnos. 
·         Promover el desarrollo integral y el mejoramiento continuo del estudiante
·         Diseñar escenarios, procesos y experiencias de aprendizaje significativo y relevante.
·         Colaborador en pro de las mejoras institucionales por el bien de los alumnos y de sus colegas, y la educación en sentido general.


Por último, el docente debe tener un comportamiento integral que le permita constituirse en un modelo a seguir por sus alumnos. Que los estudiantes para ser entes éticos y morales, sólo deban poner en práctica el comportamiento de su guía, orientador, motivador y maestro.

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